La muerte es el comienzo de una historia de amor que viviremos eternamente con Dios y con los seres que amamos. Imperial Encarnación tiene la reconfortante pero difícil misión de rendir homenaje póstumo a una destacada mujer, emprendedora y muy querida, antigua pobladora de Encarnación.
Resumir su vida no es una tarea sencilla.
Carmen Diana Zarza Vda de Matiauda , la querida Riquí, Mujer honrada, esposa ejemplar, buena madre, muy compañera y gran amiga, siempre fue un obsequió el lujo de sus experiencias, conocimientos y sabiduría.
En 1954 conoció a Rubén Eugenio Matiauda un año después el 9 de enero de 1965 se casaron y juraron amor eterno, de este matrimonio nacieron 3 hijos Julio Cesar, Javier Rubén y Jorge Arturo.
A Doña Riquí la describen como una mujer Elegante y coqueta a más no poder comparada como las lady. Muy familiera y excelente anfitriona.
Con solo ver u mirada y una la sonrisa conquista el corazón de todos.
Muy querida y respetada por los colegas de su esposo, y amigos de sus hijos.
Quienes tuvieron el privilegio de conocerla, quererla, respetarla, admirarla y compartir su día a día, estamos seguros de que su existencia no ha terminado ni se ha extinguido con su inesperada partida; es más, estamos seguros que la llama encendida de su amor, trascenderá y perdurará a través de sus seres queridos.
No es lo que uno tiene lo que hace a la persona, sino lo que la persona hace por los demás.
No es importante la edad a la que uno muere, lo que realmente importa, es la intensidad con la que se vive la vida. No se muere cuando se ha cumplido a cabalidad la tarea que Dios nos ha encomendado en nuestro paso por la vida y nos vamos con la satisfacción del deber cumplido. Por ello para consuelo de su familia, debemos estar seguros de que ella no está muerta, una mujer así, que a su paso por esta tierra, pisa fuerte y deja huella profunda, no se aleja del mundo, sólo reposa en la casa del Padre.
Carmen Diana Zarza Vda de Matiauda
Paz en tu tumba